La
tercera edad coincide con una de las crisis vitales más importantes, en la cual
destaca el deterioro cognitivo, la desvinculación social y los problemas
frecuentes de salud.
De
ahí la necesidad de desarrollar este tipo de programas, que prevengan ese
declive en los mayores y se comprenda como una etapa más de desarrollo
propiciando el envejecimiento activo.
Según
la OMS define envejecimiento activo como “proceso de
optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el
fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”. Permite
a las personas realizar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo
largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus
necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona protección,
seguridad y cuidados adecuados cuando necesitan asistencia.
Uno de los cambios importantes en los últimos años es el aumento de la esperanza de vida, que ha generado la necesidad de llevar a cabo intervenciones de carácter educativo y cultural configurando lo que se conoce como pedagogía de la tercera edad.
Además la participación de estos en actividades culturales, educativas, y de ocio y tiempo libre constituyen recursos que salen al paso de la necesidad de vivir estimulado y no sucumbir en la soledad. Un ejemplo claro de ello es el programa Gente 3.0 de la Obra Social la Caixa:
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